En un mundo donde la conexión digital es constante y prácticamente ineludible, una tendencia inesperada ha empezado a ganar terreno entre los jóvenes: el uso de teléfonos sin conexión a internet, conocidos como «dumbphones» o teléfonos «tontos». Estos dispositivos, que recuerdan a los primeros móviles de los años 90, no permiten navegar por la web ni usar redes sociales, limitándose a las funciones más básicas como llamadas y mensajes de texto. Para muchos jóvenes de la Generación Z, estos dispositivos ofrecen una solución para combatir la adicción a la tecnología y redescubrir un estilo de vida más enfocado en la realidad.
¿Por qué la Generación Z está optando por los «dumbphones»?
La creciente popularidad de estos dispositivos básicos responde a una serie de factores. En primer lugar, está el deseo de reducir el tiempo dedicado a redes sociales y aplicaciones, que cada vez más jóvenes reconocen como una fuente de distracción y, en algunos casos, de estrés. La media de uso diario de los teléfonos inteligentes en España es de alrededor de cinco horas, y una gran parte de este tiempo se dedica a redes sociales y otras interacciones digitales. Este uso excesivo no solo resta tiempo a otras actividades sino que, según estudios de diversas universidades, puede contribuir a problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión.
Además, muchos jóvenes han comenzado a notar cómo el tiempo que pasan en internet afecta su bienestar emocional. Los constantes likes y comentarios en redes sociales, aunque parezcan inofensivos, ejercen una gran influencia en su autoestima y felicidad. A pesar de que algunos afirman que no les importa la retroalimentación en redes, el hecho de activar notificaciones para estar al tanto de las interacciones digitales revela una dependencia significativa. Los teléfonos sin internet, al evitar este tipo de interacciones, ayudan a los usuarios a desconectarse de las expectativas digitales y a centrarse más en su propio tiempo y en las personas que tienen a su alrededor.
Un cambio de perspectiva: ¿Adiós a los smartphones?
Para los jóvenes de la Generación Z, que nunca han conocido un mundo sin internet, los «dumbphones» ofrecen una experiencia nueva. No se trata de una simple nostalgia por un tiempo que no vivieron, sino de un deseo genuino de explorar cómo es la vida sin una pantalla omnipresente. Estos dispositivos ayudan a simplificar el día a día, eliminando las distracciones y compromisos digitales para poder vivir una vida menos agitada y más enfocada en el presente.
Además, los teléfonos «tontos» tienen ciertas ventajas prácticas: son económicos, duraderos y con una batería que puede durar días, en contraste con los smartphones, que muchas veces necesitan recargarse a diario. Así, por menos de 30 euros, se puede tener un dispositivo funcional sin los elevados costes de los móviles inteligentes.
Una moda que podría quedarse
En el último año, la demanda de estos teléfonos ha crecido casi un 215% en España, según datos del comparador de precios idealo. Este aumento no solo es reflejo de una moda pasajera, sino de una inquietud creciente en torno al uso intensivo de la tecnología. Cada vez más jóvenes entienden que necesitan encontrar un equilibrio y elegir momentos de desconexión. Los teléfonos «tontos» les ofrecen una forma de controlar su tiempo, disminuir el consumo de redes y, en definitiva, mejorar su salud mental y bienestar emocional.
Esta tendencia invita a todos, tanto jóvenes como adultos, a replantearse su relación con la tecnología.